
La fatiga es una sensación universal, pero a menudo no entendemos de dónde viene ni cómo gestionarla. A veces dormimos y comemos bien, pero la energía no llega. En estas entrevistas de radio en el programa de la Cadena SER, Enrique Díaz, fisioterapeuta del deporte y colaborador de esta emisora, nos habla sobre el cansancio y la energía. A lo largo de esta entrada, escucharás dos entrevistas y descubrirás por qué nos sentimos fatigados y qué podemos hacer para recuperarnos.
¿Por qué sentimos cansancio?
La sensación de cansancio es el resultado de un desequilibrio entre el gasto y la recarga de nuestra energía interna. Nuestros cuerpos disponen de una moneda energética llamada ATP que se genera en las mitocondrias; cuando el cuerpo debe producir más de lo que puede, aparecen la fatiga y la apatía. El estrés crónico activa el sistema nervioso simpático y nos mantiene en modo alerta, provocando tensión muscular e impidiendo la recuperación adecuada. Un sueño de mala calidad, interrumpido o insuficiente impide la regeneración celular y la liberación de hormonas que regulan la energía. La alimentación y la hidratación también juegan un papel clave: dietas pobres en nutrientes, exceso de ultraprocesados o comidas copiosas obligan al organismo a destinar recursos a la digestión en lugar de al movimiento y la reparación.
Escucha aquí la primera entrevista completa:
Programa emitido en la Cadena SER en Ser Deportivos Andalucía el 23 de noviembre de 2025.
¿Cómo obtiene energía el cuerpo?
La energía no se obtiene de una sola fuente. En reposo y en esfuerzos de baja intensidad utilizamos la oxidación de grasas, un proceso aeróbico eficiente pero lento. En esfuerzos más exigentes recurrimos a la glucosa y al glucógeno a través de la vía anaeróbica, generando lactato. Para esfuerzos explosivos usamos fosfocreatina y el ATP almacenado. El cuerpo utiliza estas vías de forma combinada, según la intensidad y duración del ejercicio. Además, el proceso digestivo requiere energía: cuanto más compleja y copiosa sea la comida, más sangre y energía destina el organismo a procesarla. Por eso, una comida muy pesada puede provocar somnolencia.
La influencia del sistema inmunológico y nervioso
Nuestro sistema inmunológico protege al organismo de infecciones e inflamaciones, pero cuando está activado consume una gran cantidad de energía. Enfermedades, alergias o inflamación crónica desvían recursos hacia la defensa, dejando menos disponible para el movimiento y la concentración. El sistema nervioso, por su parte, actúa como el director de orquesta: el estrés y las emociones intensas activan el simpático, aumentando la frecuencia cardiaca y la tensión muscular. Si esta activación se mantiene en el tiempo, el cuerpo no se relaja y se desgasta. Las analíticas de sangre pueden mostrar ciertos marcadores de inflamación o carencias, pero no siempre reflejan nuestro nivel real de energía: factores como el estrés, la calidad del sueño o el tono emocional no aparecen en un hemograma.
Descanso y recuperación de energía
La calidad del descanso es fundamental. Dormir muchas horas no garantiza que sean reparadoras. Es necesario un sueño profundo y sin interrupciones para que las hormonas se regulen, los tejidos se reparen y el cerebro procese la información. El entrenamiento también requiere descanso; las adaptaciones ocurren durante la recuperación, no durante el ejercicio. Por ello es crucial combinar actividad física regular con pausas activas y periodos de recuperación. Algunos hábitos que ayudan a recargar las baterías son moverse a diario con ejercicio adaptado, establecer rutinas de sueño y limitar el uso de pantallas antes de acostarse, comer con conciencia evitando atracones y ultraprocesados, hidratarse bien y practicar técnicas de relajación como la respiración consciente o el contacto con la naturaleza.
Escucha aquí la segunda entrevista sobre cómo recuperar la energía vital:
Programa emitido en la Cadena SER en Ser Deportivos Andalucía el 7 de diciembre de 2025.
Reflexión final
La energía es un recurso que se recarga y se gasta a diario. No se agota de golpe, sino que se pierde en pequeños hábitos que no cuidamos: dormir mal, comer demasiado rápido, vivir bajo presión. Escuchar las señales de nuestro cuerpo y atender a sus necesidades es el primer paso para recuperar la vitalidad. Como recuerda Enrique Díaz, «somos energía en movimiento». Cuida, protege y entrena tu energía para vivir cada día con mayor plenitud.

Enrique Díaz Sánchez
Director de Promove Fisioterapia
Colegiado nº 95