Fuente: Pexels – Karolina Grabowska
Es muy importante conocer y saber más acerca del dolor, lo que significa y las repercusiones que tiene en nuestra calidad de vida.
El objetivo de esta entrada en el blog es aportar información en torno a esto y de crear en el lector algo de reflexión sobre cómo hacemos las cosas, los profesionales (y ellos mismos como pacientes) y de los posibles cambios que tenemos que llevar a cabo.
La definición de la IASP (Asociación Internacional para el Estudio del Dolor) que dice en su nueva versión de 2020 «El dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada o similar a la asociada a una lesión tisular real o potencial».
Podemos decir (y no nos equivocamos) que dolor es todo aquello que “el paciente dice que le duele”.
Tipos de Dolor
Dentro de este panorama, se distinguen varios tipos de dolor, cada uno con características específicas.
- El dolor nociceptivo, por ejemplo, surge de la activación de los receptores del dolor en respuesta a un estímulo nocivo, como el calor intenso o el trauma físico.
- El dolor neuropático, en cambio, está relacionado con lesiones o disfunciones del sistema nervioso periférico o central, lo que puede resultar en sensaciones de quemazón, hormigueo o choques eléctricos.
- El dolor nociplástico implica una percepción dolorosa anormal debido a cambios en el sistema nervioso central, sin que haya un estímulo nociceptivo directo o una lesión tisular identificable.
Teniendo en cuenta esto… ¿Tiene sentido abordar y tratar todos los dolores de la misma forma?
Seguro que NO
La intensidad del dolor depende de muchos factores
La percepción del dolor varía enormemente entre individuos y puede ser difícil de evaluar. Factores como la genética, problemas psicosociales, el estado emocional y la experiencia previa con el dolor influyen en cómo una persona lo experimenta y lo describe.
En este sentido, una lesión en la mano a un portero de futbol va a dolor mucho más que la misma lesión a un delantero del mismo equipo y la explicación a esto se encuentra precisamente en la repercusión que tiene ese posible daño para uno y otro jugador siendo claramente más limitante para el portero.
Dolor y rendimiento deportivo
En el ámbito deportivo, el dolor puede ser una barrera significativa para el rendimiento y la consecución de metas en el deporte. Limita la concentración (y con ello dificulta enormemente la realización adecuada del gesto deportivo), reduce la movilidad articular (a nivel inconsciente, sobre todo) y la fuerza muscular, lo que afecta negativamente el desempeño atlético.
Los profesionales al servicio del deportista
La gestión adecuada del dolor se vuelve crucial para mantener la actividad física y prevenir lesiones adicionales.
Es fundamental buscar ayuda profesional para abordar el dolor de manera efectiva. Los fisioterapeutas somos expertos en el tratamiento del dolor músculo-esquelético y podemos diseñar programas de recuperación personalizados para reducir el dolor, mejorar la función física y promover la recuperación. Además, tenemos en cuenta, cómo no, la biomecánica corporal, lo que puede prevenir lesiones futuras y optimizar el rendimiento deportivo.
En conclusión, reconocer la complejidad del dolor y de sus múltiples “aristas” y buscar atención especializada es esencial para mejorar la calidad de vida y el desempeño en el deporte. No subestimar el impacto del dolor y tomar medidas proactivas para abordarlo pueden marcar una gran diferencia en el bienestar físico y emocional a largo plazo.
¿Existe algo mejor que esto?
Si quieres saber más sobre este tema puedes escuchar la entrevista que le hacen a nuestro compañero de Promove Fisioterapia Enrique Díaz en la Cadena SER (emitido el 10 de marzo de 2024)
En Promove Fisioterapia tenemos un equipo con amplia experiencia en el deporte y podemos ayudarte con tu lesión o problema para reducir su impacto en la práctica deportiva y en la vida diaria.
Enrique Díaz Sánchez
Fisioterapeuta col nº 95