Como comentaremos en un post posterior, existen diferencias entre el Pilates Tradicional y el Pilates Fisioterapéutico. De forma muy resumida y simplificada, podríamos decir que el Pilates Fisioterapéutico solo puede impartirlo un fisioterapeuta y que este, gracias a sus conocimientos de anatomía, fisiología y biomecánica del cuerpo lesionado, adapta el método y, por tanto, cada uno de los ejercicios propuestos a las necesidades específicas del paciente.
En la Escuela Europea de Pilates Fisioterapéutico, a la que pertenezco, centramos nuestro trabajo en el desarrollo de este último. La definición que proponemos para el Pilates Fisioterapéutico es: «el método terapéutico, preventivo y readaptativo que, sustentándose en los principios, conceptos y técnicas de Joseph Pilates, consigue un control dinámico-postural fisiológico, basándose en el conocimiento de la biomecánica y análisis de la patomecánica del individuo y adaptando el ciclo respiratorio y los ejercicios a sus necesidades» (EFIS-Pilates, 2009).
El Pilates Fisioterapéutico surge, por tanto, teniendo como base la comprensión del movimiento humano en situaciones de normalidad y de disfunción, y utiliza dicho conocimiento para poner el movimiento al servicio de la terapéutica y/o de la prevención. Con la práctica de Pilates Fisioterapéutico, el paciente o usuario aprende a moverse con patrones de movimiento más normales y asintomáticos. En caso de presentar alguna lesión musculoesquelética, esta mejora porque los movimientos aprendidos con Pilates son más eficientes y tienen en cuenta los principios básicos de la fisiología del movimiento, la ergonomía y la higiene postural. Por el mismo motivo, aquella persona que practique Pilates y no tenga ninguna lesión, aprenderá a rentabilizar las posibilidades biomecánicas que su cuerpo le ofrece. Esto va a suponer minimizar el riesgo de lesionarse durante la práctica deportiva, disminuir los dolores musculares que aparecen como consecuencia del mantenimiento de determinadas posturas o de la práctica de movimientos repetitivos en el puesto de trabajo o en la vida cotidiana.
El Pilates Fisioterapéutico consigue estos objetivos porque se trata de un ejercicio muy completo. Incorpora los principios fundamentales del Pilates Tradicional (Pilates y Miller, 1945; Latey, 2001; Wells y otros, 2012): centro, concentración, control, precisión, respiración y fluidez. También integra los principios que incorporó la Pilates Method Alliance (PMA, 2006): el movimiento de todo el cuerpo, el equilibrio muscular y el ritmo. Pero, además, propone como elementos fundamentales ciertos elementos más específicos del arsenal fisioterapéutico; esto es, el trabajo en alineación fisiológica o neutra de la columna vertebral y de las extremidades, la elongación axial o autocrecimiento y oposición durante el estiramiento, la realización de movimientos sin compensaciones y con el timing muscular correcto y el desarrollo de la propiocepción y de la disociación segmental e intervertebral (Latey 2002; Cruz, 2009; Cruz et al, 2011, de la Cruz et al, 2012). No podemos olvidar, la incorporación de la coordinación, esencial en la práctica de todos los ejercicios de Pilates y la perseverancia, sin la que no se conseguiría la integración de ninguna propuesta (Latey 2002).
Desde que los fisioterapeutas consideraron el Pilates como una herramienta terapéutica, se concretó el concepto de Powerhouse (incorporando y teniendo en cuenta el trabajo específico del suelo pélvico) (Latey 2001, Sapsford 2001, Muscolino y Cipriani 2004 a y b) y se incorporaron en la práctica las bases del entrenamiento de la estabilidad vertebral (Panjabi 1992 a y b) y de los diferentes sistemas musculares (estabilizador local, estabilizador global y movilizador) (Comerford y Mottram 2001 a y b).
Por otro lado, cuando el profesional que imparte una clase o sesión de Pilates es un fisioterapeuta, este podrá incorporar en la misma ciertas técnicas o terapias manuales. El paciente puede requerirlo ya sea por presencia de un dolor u otro motivo que le impida realizar un ejercicio. Entre otras actuaciones, el fisioterapeuta podría por ejemplo, masajear un músculo retraído, realizar una movilización neuromeníngea o el tratamiento de una cicatriz que dificulta la activación de un músculo determinado, buscar la inhibición en un músculo sobreactivado o utilizar técnicas de músculo-energía en la musculatura acortada, entre otras.
Breathing con feedback de banda elásticaComo consecuencia, al llevar estos principios metodológicos a la práctica, aunque biomecánicamente puedan parecer movimientos fáciles, su ejecución resulta compleja. Sin embargo, con la práctica y perseverancia, se consigue integrar esta propuesta mecánica y, como resultado, el usuario o paciente se verá recompensado con grandes beneficios en su salud y en su condición física.
Referencias bibliográficas
- Comerford, M.J, Mottram, S.L. (2001 a). Movement and stability dysfunction–contemporary developments. Man Ther. 6(1):15-26.
- Comerford, M.J, Mottram, S.L. (2001 b). Functional stability re-training: principles and strategies for managing mechanical dysfunction. Man Ther. 6(1):3-14.
- Cruz-Sicilia S. (2009). Pilates en la conducta fisioterapéutica: terapia manual. Libro de actas de la XIII Xornada Galega de Fisioterapia. Terapias manuales: Metodologías en terapia manual, articulación craneomandibular y Clínica. Vigo.
- Cruz-Sicilia S, Carrasco M, Jiménez B, Hidalgo M. (2011). Manual del curso de postgrado: Pilates Fisioterapéutico (Nivel I). Suelo y pequeños aparatos: cajones, fit-ball, banda elástica y magic-circle. Sevilla: IACES-Ilustre Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Andalucía.
- De la Cruz B, Cruz-Sicilia S, Sánchez-López MD. (2012). “El ejercicio físico terapéutico: alteraciones posturales” en Albornoz-Cabello, M., Meroño-Gallut, AJ. (eds.): Procedimientos generales de fisioterapia. Práctica basada en la evidencia. Elsevier. Barcelona.
- Escuela Europea de Pilates Fisioterapéutico (EFIS-Pilates).
- Latey P. (2001). The Pilates Method: hystory and philosophy. J Bodywok Mov Ther. 5(4):275-282.
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- Muscolino, J.E., Cipriani, S. (2004 a). Pilates and the “poerhouse” – I. J Bodyw Mov Ther. 8:15-24. 29. Muscolino, J.E., Cipriani, S. (2004 b). Pilates and the “poerhouse” – II. J Bodyw Mov Ther. 8:122-130.
- Panjabi, M.M. (1992 a). The stabilizing system of the spine. Part I. Function, dysfunction, adaptation, and enhancement. J Spinal Disord.5(4):383-389.
- Panjabi, M.M. (1992 b). The stabilizing system of the spine. Part II. Neutral zone and instability hypothesis. J Spinal Disord. 5(4):390-396.
- Pilates JH, Miller W. (1945). Return to the life through Contrology. Nevada: Dynamics Inc. (Reedición del libro original, 1998).
- Pilates Method Alliance. PMA Position Statement: On Pilates. (2006).
- Sapsford, R. (2001). The pelvic floor. A clinical model for function and rehabilitation. Physiotherapy. 87(12):620-630.
- Wells, C., Kolt, G.K., Bialocerkowski, A. (2012). Defining Pilates exercise: A systematic review. Complement Ther Med. 20(4):253-62.
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Sara Cruz Sicilia