Introducción
En los últimos años, el sistema digestivo ha tomado un papel
principal en nuestras vidas. Cada vez, más investigaciones detallan la
importancia de su correcto funcionamiento para tener un estado óptimo de salud.
Los científicos consideran que nuestro vientre, que alberga millones de
neuronas y billones de bacterias, funciona como un segundo cerebro, con un
sistema nervioso entérico estrechamente relacionado con el sistema nervioso
central.
Teniendo en cuenta esta fascinante red neuronal y bioquímica, no podemos olvidar la conexión de nuestros órganos y vísceras con el resto del cuerpo por medio del SISTEMA FASCIAL que envuelve y conecta cada estructura de nuestro cuerpo entre sí.
El Sistema Visceral, el Sistema Fascial, el Movimiento y la Función
Nuestras vísceras y órganos están rodeadas de ligamentos, epiplones y láminas de tejido conectivo. Estos recubren, envuelven y sirven de punto de anclaje y sostén de dichas estructuras.
El sistema visceral depende de la sincronicidad entre los movimientos de todos los órganos y estructuras del cuerpo. En un estado de salud óptimo, estas relaciones armoniosas se mantienen estables a pesar de la interminable variedad de movimientos del cuerpo. Pero cuando un órgano no puede moverse libremente debido a un tono anormal, adherencias y/o cicatrices, este trabaja contra las estructuras que tiene alrededor. Esta disarmonía crea fijaciones, zonas anormales de tensión que hacen que el cuerpo se vea forzado a moverse en torno a ellos creando compensaciones. Y, sucesivamente, esta irritación crónica prepara el terreno para futuras enfermedades y disfunciones.
Pongamos un ejemplo: el Hígado está conectado por diferentes ligamentos con el diafragma, el estómago, el ángulo derecho del colon, el riñón derecho y la pared anterior del abdomen que, a su vez, se conecta con la vejiga. Estas conexiones se multiplican hasta conectar con huesos, músculos, articulaciones, nervios, etc. Es por ello que, una adherencia o un estado de congestión en el Hígado puede alterar el movimiento de la cúpula derecha del diafragma que, a su vez, genera un eje de movimiento anormal en varias costillas pudiendo modificar la amplitud articular y dar sintomatología dolorosa en el hombro derecho. Este ejemplo cita sólo una de las muchas posibles lesiones de una pequeña disfunción al ser multiplicada por miles de repeticiones al día.
La Terapia Manual Visceral está basada en la aplicación específica de fuerzas manuales suaves y precisas que estimulan la movilidad normal, el tono y el movimiento de una víscera y sus tejidos conectivos. Estas manipulaciones pueden mejorar el funcionamiento de órganos individuales, la función de sistemas de órganos, y la integración estructural de todo el cuerpo.
Para un/a terapeuta especializado/a en Terapia Manual Visceral, la sensibilidad y capacidad de percibir los ritmos internos del organismo es primordial y, por supuesto, un minucioso conocimiento de la anatomía y fisiología es necesario. Al escuchar y realizar las técnicas manuales indicadas, el cuerpo recibe la información necesaria para fomentar que los mecanismos autorreguladores encuentren el equilibrio.
En PROMOVE FISIOTERAPIA contamos con fisioterapeutas formados y especializados en la Terapia Manual Visceral por el Barral Institute (http://barralinstitute.es) capaces de integrar este método junto con otras terapias manuales y de movimiento para darle solución a tus problemas. La perfecta combinación entre Conocimiento, Escucha y Trabajo en Equipo hacen de PROMOVE FISIOTERAPIA una gran elección!
Pilar Molina Greciano