¿Quién no se ha sentido orgulloso consigo mismo después de haber cumplido un objetivo desafiante y que incluso se te reconozca por ello? Para cualquiera, dicha consecución sería grata por sí misma, pero si además está acompañada de un reconocimiento de un tercero, puede resultar motivadora y a la vez generadora de nuevos desafíos.
En cambio, ¿qué ocurre cuando, a pesar de todo, la tarea a la que le dedicas tiempo y trabajo no acaba como esperabas o no se ve recompensada? ¿Y si le añadimos que de tu desempeño depende la salud y las altas expectativas de la curación de una persona?
Como cualquier profesional, el fisioterapeuta -a pesar de sus conocimientos y esfuerzos por actualizarlos- no siempre concluye una terapia de forma exitosa; incluso el paciente puede experimentar un retroceso en cuanto a su evolución. ¿Quiere decir que hemos fracasado? ¿Estamos preparados para afrontar esta realidad? Nuestra disciplina no está exenta de desafíos y ocasionalmente puede experimentar fracasos. Con este blog trataré de examinar diversas razones que pueden contribuir a este revés terapéutico.
“Los programas genéricos pueden no abordar completamente las preocupaciones específicas de cada individuo, lo que puede resultar en un tratamiento menos efectivo”
¿Cuáles pueden ser las causas del fracaso de la fisioterapia?
- La falta de personalización en los programas de fisioterapia. Cada paciente es único, con necesidades y circunstancias individuales. Los programas genéricos pueden no abordar completamente las preocupaciones específicas de cada individuo, lo que puede resultar en un tratamiento menos efectivo.
- Escaso tiempo dedicado. En ocasiones nos vienen pacientes a nuestra clínica que sienten que ha fracasado su rehabilitación porque han estado en una clínica de mutualidades en la que “no le dedicaban el suficiente tiempo”.
Puede resultar frustrante para el paciente, pero también puede serlo para el fisioterapeuta de estos centros, ya que por límite de tiempo (en muchos casos solamente 5 minutos por paciente), no es posible aplicar todas las técnicas que sin duda desearía; pero esto es problema de cómo está configurada este tipo de prácticas. - Mal diagnóstico o abordaje. No es inusual que nos lleguen pacientes tras un “largo peregrinaje por distintas clínicas” y no ven recuperación alguna o escasa. Esto puede deberse a un mal diagnóstico o simplemente el abordaje no ha sido todo lo exitoso que se pretendía. El principal desafío es por supuesto acertar en el diagnóstico, para poder mitigar el dolor y el sufrimiento del paciente, pero no estamos exentos de errar en dicho juicio clínico.
“En muchos casos no se puede hacer prácticamente nada y la intervención quirúrgica es inevitable” - Expectativas realistas. Aunque la fisioterapia puede aliviar síntomas y mejorar la funcionalidad, en casos complejos, los resultados pueden ser parciales. Es fundamental que tanto los profesionales de la salud como los pacientes tengan expectativas realistas y comprendan las limitaciones de la fisioterapia en ciertos escenarios clínicos. En muchos casos no se puede hacer prácticamente nada y una intervención quirúrgica es inevitable.
- Adherencia al tratamiento. La falta de compromiso del paciente por el cumplimiento de las recomendaciones del fisioterapeuta, ya sea en términos de asistencia a las sesiones programadas o realización de ejercicios en casa, puede comprometer los resultados.
- Factores psicosociales. La salud mental del paciente es determinante para su capacidad de recuperación. Aunque el abordaje y el seguimiento hayan sido adecuados, si los niveles de estrés son altos, el paciente tenga poca confianza en su recuperación o se guie por unos pensamientos catastrofistas; el resultado de su recuperación se verá claramente alterado
- Falta de equipamiento adecuado. La formación y las manos son la mejor herramienta de un fisioterapeuta, pero es lógico que como complemento a veces debamos de dejarnos ayudar de la tecnología para desempeñar nuestro trabajo. Si carecemos de dichas herramientas, puede que la consecución de nuestros objetivos terapéuticos se ralentice o simplemente no lo consigamos
- Falta de formación. La fisioterapia es un campo muy amplio que aborda no solo lo que es el conocimiento y funcionamiento de cuerpo humano, sino también las técnicas que debemos usar, la destreza de abordajes o la psicología con el paciente. Por ello, lógicamente no podemos estar completamente formados en todos esos aspectos al 100%, por lo que tenemos que valorar nuestra capacidad para aceptar o no ciertos casos que puedan acudir a la consulta
“DERIVAR A OTRO PROFESIONAL NO DEBE AFECTAR A NUESTRO EGO”
Llegados a este punto, querría resaltar que como profesionales intentamos dar siempre un servicio de calidad, pero aunque nuestras convicciones y enfoques terapéuticos creamos que son los adecuados, la consecución del éxito no siempre nos van a acompañar. Es entonces cuando debemos plantearnos en -o bien cambiar de estrategia- o simplemente derivar a otro profesional. Esta última circunstancia no es “plato de buen gusto” para ningún profesional, pero no debe ser un obstáculo para el terapeuta, ya que debe siempre velar por el bien del paciente. A veces el ego profesional nos pide que continuemos, pero si bien es cierto que no nos debe causar malestar en buscar ayuda en otros profesionales que o bien estén más
cualificados, o simplemente la experiencia y los medios de los que disponen, entendamos que sean los más adecuados para una rehabilitación idónea.
En conclusión, aunque la fisioterapia es una herramienta valiosa en el tratamiento de diversas condiciones físicas, también nos proporciona cientos de desafíos que lamentablemente no seremos capaces de superarlos. Pero esto no debe llevarnos a la frustración, sino que nos tiene que servir de ayuda para poder identificar porque no podemos solucionarlo y que necesitamos para el éxito.
En la terapia está el fisioterapeuta, el paciente, el contexto… y debemos intentar que todo sume, o mejor aún, que multiplique.
En Promove Fisioterapia somos conscientes de todas las adversidades anteriormente descritas y podemos ayudarte en tu recuperación.
Jorge Mora Gragera
Fisioterapeuta Col. 12225