
En los últimos años, el filósofo Byung-Chul Han se ha convertido en una de las voces más influyentes a la hora de explicar cómo vivimos, por qué vivimos tan acelerados y qué precio estamos pagando por ello. Su reflexión aparece recogida en un reciente artículo de Vanitatis – El Confidencial titulado “Byung-Chul Han: el filósofo que defiende quedarse en casa como acto de resistencia“. La idea central es sencilla, pero profundamente reveladora: nuestro modo de vida hiperproductivo y permanentemente acelerado está desconectándonos de nuestra propia vida interior, agotando nuestros recursos y llevando al sistema nervioso al límite. Y, paradójicamente, uno de los actos más revolucionarios hoy es algo tan simple como quedarse en casa… pero con otra actitud, desde otro lugar, sin culpa y sin sobrecarga.
El cansancio de la sociedad del rendimiento
Han describe que vivimos en una sociedad donde siempre debemos producir más, rendir más, estar disponibles, contestar rápido, actualizarnos, mostrarnos y autoexplotarnos. La hiperconectividad, las notificaciones constantes, los cambios de ritmo y la exigencia permanente tienen un efecto directo en el sistema nervioso autónomo, especialmente en su rama simpática, encargada del estado de alerta.
Sin darnos cuenta, muchos pasamos la vida en una “semivigilancia constante”, que:
– Aumenta el estrés basal.
– Reduce nuestra capacidad de concentración.
– Dificulta el descanso real.
– Prepara al cuerpo para “lo próximo”, pero no para estar.
No es casual que los problemas de sueño, ansiedad, irritabilidad y fatiga estén en máximos históricos: nuestro cuerpo no está diseñado para vivir en un estado de activación continua.
La importancia de la calma y del “no hacer”
El filósofo reivindica algo que en fisioterapia vemos cada día: la calma es una necesidad fisiológica, no un lujo. Quedarse en casa, o estar en un entorno seguro y sin estímulos, no es pereza, es recuperación. Es dar tiempo al sistema nervioso a bajar revoluciones y volver a un estado de equilibrio.
Han lo llama resistencia. La ciencia lo llama regulación del sistema nervioso. En ambos casos, hablamos de lo mismo: permitir al organismo entrar en un modo de reparación, digestión, descanso y restauración, asociado a la activación del sistema parasimpático.
El papel del silencio, la contemplación y la pausa
El artículo destaca cómo el silencio, el aburrimiento creativo y la pausa son elementos prácticamente desaparecidos de la vida moderna. Y, sin embargo, desde la fisiología sabemos que:
– Reducen la activación simpática.
– Mejoran la variabilidad de la frecuencia cardiaca (HRV).
– Favorecen la digestión, la reparación celular y la disminución del dolor crónico.
– Permiten que aparezcan ideas nuevas, claridad mental y sensación de coherencia.
No se trata de desconectarse del mundo, sino de no estar disponible para todo el mundo, todo el tiempo.
Hogar, refugio y regulación: una lectura desde la salud
La lectura de Han encaja perfectamente con algo que vemos en consulta cada semana: muchas personas llegan con dolor, ansiedad o cansancio y piensan que el problema es “físico”, pero en realidad su sistema nervioso está saturado.
Cuando normalizamos la hiperproductividad y la autoexigencia, dejamos de escuchar señales básicas que el cuerpo nos envía. El hogar se convierte en un lugar al que llegamos exhaustos, no en un espacio de recuperación. Y Han nos recuerda que podemos resignificarlo: un refugio, un espacio de reparación, un recordatorio de que no siempre hay que acelerar.
Qué podemos aprender de esta mirada para nuestra salud diaria
1. Descanso real > descanso aparente: Estar en casa no es descansar si seguimos con el móvil, la tele, el correo o las tareas infinitas.
2. El cuerpo no miente: Si estás siempre cansado, irritable o con dolor recurrente, probablemente tu sistema nervioso lleva tiempo en modo supervivencia.
3. La pausa también es productiva: Una pausa bien hecha devuelve claridad, energía y enfoque.
4. La calma se entrena: No surge sola en un entorno hiperactivo; hay que cultivarla.
5. Menos estímulos = más salud: Reducir ruido, luz, tareas y demandas baja automáticamente la activación del sistema simpático.
La visión de Han y la fisioterapia moderna: dos caminos hacia el mismo lugar
La propuesta de Han es filosófica, social y humana. Pero cuando la miramos desde la fisioterapia y la neurociencia, vemos que describe con enorme precisión algo muy real:
– La salud depende del equilibrio del sistema nervioso autónomo.
– Y ese equilibrio se pierde en vidas excesivamente aceleradas.
– Recuperarlo requiere calma, conciencia y herramientas que ayuden a regularlo.
Cómo trabajamos este equilibrio en Promove Fisioterapia
En Promove Fisioterapia trabajamos desde hace años la modulación del sistema nervioso autónomo con técnicas específicas, entre ellas:
– Neuromodulación no invasiva (NESA).
– Regulación vagal.
– Ejercicio terapéutico adaptado.
– Respiración coherente y métodos de calma fisiológica.
– Intervenciones para mejorar el sueño y bajar la activación basal.
Todo esto tiene un objetivo común: ayudar a tu sistema nervioso a recuperar su capacidad natural de autorregulación. Porque cuando el sistema nervioso mejora, mejora todo: dolor, sueño, digestión, energía, ánimo y capacidad de afrontar el día.
Conclusión
La propuesta de Han no es retirarse del mundo, sino habitar la vida con otro ritmo. Un ritmo más humano, más amable y más compatible con la salud. Quedarse en casa —o crear espacios internos de calma— es un recordatorio de que no somos máquinas de producir, sino personas que necesitan pausas para poder vivir plenamente.
Y en Promove, este mensaje resuena con fuerza: regular el sistema nervioso no es una moda, es una necesidad fisiológica en la sociedad actual.
Si sientes que tu cuerpo está pidiendo frenar, o crees que necesitas ayuda para regular tu sistema nervioso, contacta con nosotros.
¡Estaremos encantados de escucharte!

Enrique Díaz Sánchez
Director de Promove Fisioterapia
Colegiado nº 95
Si quieres saber más sobre la neuromodulación no invasiva, visita nuestra página: https://promovefisioterapia.com/nesa-xsignal/