Desde las antiguas disciplinas de medicina y movimiento nos dicen que la respiración es la llave para abrir nuestras posibilidades a la mejora, al conocimiento, a la concentración, a la vida…pero, ¿por qué nos cuesta tanto respirar y movernos?
La calidad de nuestra respiración es extremadamente importante (como hemos explicado en anteriores entradas sobre la respiración o pranayamas) puesto que nos ayuda a reflejar nuestras sensaciones internas. Si nos duele algo, si estamos inquiet@s, si estamos relajad@s… La respiración es nuestra unión entre el cuerpo interno y el cuerpo externo. Es únicamente cuando llevamos la respiración, el cuerpo y la mente al unísono que podemos reconocer cómo nos estamos desarrollando en un movimiento o gesto cualquiera.
Reconocer nuestro punto de inicio
empieza por reconocer también cómo respiramos, y es por eso que os
proponemos que, a partir de ahora, de vez en cuando cambiéis vuestra dinámica respiratoria
durante el movimiento. Sed conscientes de
si comenzáis desde el movimiento, pensando sólo en cómo os movéis, o ved la
posibilidad de encender esa consciencia interna hacia cómo está vuestra
respiración y comenzad a moveros a su mismo ritmo.
Al inicio no va a ser una tarea sencilla, puesto que nuestras
respiraciones suelen ser tan cortas que apenas nos da para movernos unos
centímetros, pero a lo largo de una sesión de movimiento, a medida que vamos
practicando, vamos a ir notando cómo
nuestra respiración se alarga, nuestras tensiones se relajan, nuestro cuerpo se
expande y da lugar a esos espacios nuevos en los que queremos movernos y
“reconquistarlos”. No estamos
diciendo que esto sea fácil, pero puede que sea el primer paso para iniciar una nueva forma de expresarte y moverte,
desarrollando y fomentando la respiración completa y profunda que nuestros
rápidos ritmos de vida nos impiden tener.
De esta forma comenzaremos a movernos más lentamente, seremos conscientes
de dónde nacen nuestros movimientos (por ejemplo, personas con dolor de espalda
que observan que sus movimientos nacen de los brazos y hombros, o de la mandíbula)
pudiendo cambiar los hábitos ineficientes por otros más eficientes y
adaptativos.
Y tú, ¿te mueves y respiras o respiras y te mueves?
Inspirado en las técnica de
movimiento de Krisnamacharya y su hijo Desikachar. Este tipo de práctica se
conoce como Vini Yoga y recomendamos en todo momento que para una intención
terapéutica se dirijan a profesionales cualificados que puedan orientarles en
el uso de ejercicios y respiraciones acordes con sus necesidades.
Gracias, querida compañera, Cristina Peláez Andérica, por tu generosidad.
David Carmet